viernes, 29 de junio de 2012

Crecer despierto


Dudé bastante de si publicar este texto o no y como verán, la duda se habrá ido en el preciso instante que lo haga. 

He escrito demasiado durante mucho tiempo. Llevo mucho tiempo escribiendo demasiado poco. 

Aquí les cuento un poco quién era hace cuatro años que tiene mucho de quien aún soy, como tiene cosas que ya no existen en mí. 

En fin de los fines, que los agarre sensibles:

Conviene siempre recordar el principio. Es como la sensación de ir por un ascensor y oír cómo los sonidos se van diluyendo por el hueco a medida que vas subiendo de piso. ¿Qué pasará en ese hueco?  ¿Quién vivirá allí?

La medida exacta de mi urgencia interna no la conozco. Inquietud, palabras propias, palabras inventadas. Consumismo de emociones reflejadas en hechos artísticos. Sed de arte. Sonoro, visual, táctil. Ideas sueltas porque ese es mi arte y mi necesidad más urgente. 

Siempre esperé que las cosas me pasen, con el tiempo, claro, sólo con el tiempo, me descubro más auténtico haciendo, que pensando.

Año de cumplimiento de metas, año de rotura de cadenas malditas. Lo triste es que uno olvida rápido.

El Calafate, Santa Cruz, Argentina. Febrero de 2012.

Se me enciende la luz de la claridad absoluta solo de vez en cuando pero es ahí cuando buceo por lo más sincero de mí.

Soy crudo y cruel. Tolero la velocidad de las cosas porque puedo compararlo con el momento en que lo deseé y así supero mi miedo. El miedo que me dan las escaleras porque siento presencias, presencias reales. 

El ascensor me llevó al piso equivocado. Descubrí la identidad de los olores. Al oler el piso al que no iba, inmediatamente supe que estaba en el camino erróneo y me pasó porque abrí mis sentidos en la medida de lo exacto. Como una ley que indica que el deseo es la única verdad. Como tratar de ser feliz aunque sea momentáneo. 

Obsesivo hasta conmigo mismo. Poético por naturaleza. Lírico como la que cruza el charco.

Dolor físico e insomnio. Vicio impregnado.

Un taller que empieza en otoño. Un anhelo que concluye en el fin de esta etapa.

Desaparecer del lugar que mancha mi nombre. Arreglar mi sonrisa porque es una herramienta. Madurar en cada mañana. Ver un sol a lo lejos. Esperando que pase lo justo. 

Crecer es poder detectar el fin de las cosas.

Martín González Robles
10 de febrero de 2008

domingo, 24 de junio de 2012

Ser social. Hoy, Instagram.

Me siento cómodo en muchas redes sociales, entre ellas, en Instagram. Cuento mi vida y mi arte en fotos, con poco, con nada, con un iPod y un algo de magia.

Mis fotos son públicas, son un trozo de mí y te las muestro acá:



Martín G.R.-


martes, 5 de junio de 2012

Sueño con vos


Hay días que se presentan tortuosos desde un comienzo. Comprendo que mis movimientos están ligados a mis tiempos internos y al manejo específico de una emoción, o varias, desde el minuto cero de mi abrir de ojos. Me pregunto si cuando sueño voy forjando mi día, me pregunto si mis sueños son capaces de manipular mis ideas, sacar a flote los resentimientos no resueltos o bien potenciar convicciones que crecen con la suma de experiencia. De tantas preguntas confirmo que el consciente es mucho más engañoso que el inconsciente. Nada nuevo, pero decirlo es confirmar.

Tengo un tiempo, hay tiempos, existe el manejo del tiempo, el tiempo me aleja o me acerca a mí mismo. Hablo de mí, del mío, del que a veces no manejo, del tiempo que me vuelve preso entre mis canales sanguíneos y construye un todo, ese todo que puede beneficiarme o arruinarme. Últimamente ese todo, que es inmenso, me ha traido desilusiones, me puso cara a cara con mis desesperanzas, me quiso hacer sentir que el susto podría ser más grande que la búsqueda de la felicidad, me ha hecho tocar fondo en forma de palpitaciones, sudor y olor a muerte.

La clave de la buena convivencia con el otro es, por lejos, poder comprender que esto mismo que me pasa, al otro también. Voy por la vida pretendiendo entendimiento y sin cuestionamientos mientras los demás van por la vida pretendiendo entendimiento ni cuestionamientos. Los permisos que doy son escasos y hasta puedo confirmar que hay zonas a las que no dejo que nadie llegue, ni yo.

Haré de Adán y taparé mi pubis con un canario azul

Esta semana fui tratado de varias cosas, en principio de egoísta, de no saber comprender lo que le pasa a los demás, de pensar solo en mí y hasta me pidieron perdón por no poder ser lo que yo espero que sean. Yo nunca espero que nadie sea quien no quiere ser, por el contrario, pretendo y elijo relacionarme con personas que tienen claro quiénes son desde el lugar donde se paran y es ese el punto clave, saber desde dónde nos paramos para caminar por encima de la vida de los demás. Los seres humanos somos manipuladores y buscamos los puntos más vulnerables del otro para hacerlo caer en la trampa que lisa y llanamente hemos ido preparando. Somos zorros, zorros sin pelos. Esta semana hice sentir mal a más de una persona y esas personas han marcado sus límites, me bajaron del ombligo del mundo y créanme que estaba muy cómodo ahí.

Mientras estemos vivos, siempre volveremos a dormirnos. Mientras volvamos a dormirnos, siempre volveremos a soñar y si soñamos, sabremos quiénes somos porque no existe mejor libertad que la que se tiene soñando.

Martín G.R.