viernes, 2 de noviembre de 2012

Creo en mí

Las ganas de escribir siempre viven. Son sensaciones que recorren mi cuerpo de principio a fin, la necesidad de decir, de contar, de hablar, de poder verme a mí mismo a través del tiempo. Soy un nostálgico por naturaleza, un lírico y un sensible enorme pero, cuando quiero decir, cuando siento que estoy preparado y con una idea, me detengo, me pierdo, me alejo del punto, me voy lejos, tan lejos que soy incapaz de volver; hasta que lo hago, hasta que no me exijo más de lo que puedo dar y le doy rienda a mi teclado que es testigo de mis inseguridades y de mis angustias.

A veces me encuentro en espacios mentales oscuros, este año fue un año oscuro, un año en los que he sentido la muerte rodearme, la he sentido cerca, ha estado presente en mis decisiones y en mi continuidad. Busqué ayuda porque solo sentía que no podía, la ayuda estuvo y sin embargo, el sentimiento de soledad no se fue pero lo interesante es que estoy aprendiendo a encontrar ayuda dentro en mi interior. No es un ejercicio fácil para una persona que siente que camina frustrada por la vida porque los 31 me ven sin poder concretar ni la mitad de las cosas que pretendo. Estoy trabajando, trabajando muy duro por salir, por creer que puedo para luego poder. 

He aprendido que no es necesario tomar decisiones inmediatas ni caer en finales abruptos, he aprendido que los finales se construyen, que cuando voy de un lado a otro de una habitación hay en cada paso un pequeño deseo de cambiar y de tantos pasos que se doy es que puedo ver la claridad de la vida y avanzar hacia los fines, eso es construir, terminar para empezar.

Creo en mí, en mis sentimientos, en mis malas y buenas jugadas. Creo en mi arte, creo en el arte. Creo en mí porque estoy vivo.

Martín G.R.-

No hay comentarios.: