martes, 5 de junio de 2012

Sueño con vos


Hay días que se presentan tortuosos desde un comienzo. Comprendo que mis movimientos están ligados a mis tiempos internos y al manejo específico de una emoción, o varias, desde el minuto cero de mi abrir de ojos. Me pregunto si cuando sueño voy forjando mi día, me pregunto si mis sueños son capaces de manipular mis ideas, sacar a flote los resentimientos no resueltos o bien potenciar convicciones que crecen con la suma de experiencia. De tantas preguntas confirmo que el consciente es mucho más engañoso que el inconsciente. Nada nuevo, pero decirlo es confirmar.

Tengo un tiempo, hay tiempos, existe el manejo del tiempo, el tiempo me aleja o me acerca a mí mismo. Hablo de mí, del mío, del que a veces no manejo, del tiempo que me vuelve preso entre mis canales sanguíneos y construye un todo, ese todo que puede beneficiarme o arruinarme. Últimamente ese todo, que es inmenso, me ha traido desilusiones, me puso cara a cara con mis desesperanzas, me quiso hacer sentir que el susto podría ser más grande que la búsqueda de la felicidad, me ha hecho tocar fondo en forma de palpitaciones, sudor y olor a muerte.

La clave de la buena convivencia con el otro es, por lejos, poder comprender que esto mismo que me pasa, al otro también. Voy por la vida pretendiendo entendimiento y sin cuestionamientos mientras los demás van por la vida pretendiendo entendimiento ni cuestionamientos. Los permisos que doy son escasos y hasta puedo confirmar que hay zonas a las que no dejo que nadie llegue, ni yo.

Haré de Adán y taparé mi pubis con un canario azul

Esta semana fui tratado de varias cosas, en principio de egoísta, de no saber comprender lo que le pasa a los demás, de pensar solo en mí y hasta me pidieron perdón por no poder ser lo que yo espero que sean. Yo nunca espero que nadie sea quien no quiere ser, por el contrario, pretendo y elijo relacionarme con personas que tienen claro quiénes son desde el lugar donde se paran y es ese el punto clave, saber desde dónde nos paramos para caminar por encima de la vida de los demás. Los seres humanos somos manipuladores y buscamos los puntos más vulnerables del otro para hacerlo caer en la trampa que lisa y llanamente hemos ido preparando. Somos zorros, zorros sin pelos. Esta semana hice sentir mal a más de una persona y esas personas han marcado sus límites, me bajaron del ombligo del mundo y créanme que estaba muy cómodo ahí.

Mientras estemos vivos, siempre volveremos a dormirnos. Mientras volvamos a dormirnos, siempre volveremos a soñar y si soñamos, sabremos quiénes somos porque no existe mejor libertad que la que se tiene soñando.

Martín G.R.

No hay comentarios.: